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Juan Méndez Varo


Domingo, 19 de mayo de 2024

Las llamadas “torres gemelas” se encuentran en el antiguo templo de la Purísima Concepción que perteneció a los religiosos Mercedarios Descalzos hasta su exclaustración. Su comunidad era bastante reducida, al igual que las rentas que mantenían. Los informes de visitadores anotan entre veintiuno y cuarenta componentes.

Su hacienda se limitaba en 1717 a un corto lagar, unas cuarentas aranzadas de olivar, catorce de manchón y dieciséis fanegas de tierra, que se sostuvieron principalmente de limosnas y entradas de hermanos y devotos de cofradías. Por eso en los informes  se suelen repetir continuamente “es un convento muy pobre”. (Candau Chacón,  M. Luisa. Iglesia y Sociedad en la Campiña Sevillana  pág. 318)

El templo, una vez desafectado y previa subasta, fue adjudicado a un particular, e Inmediatamente después, donado  al Excmo. Ayuntamiento de Écija como más adelante  veremos.  Efectivamente, el arcipreste de la ciudad Francisco Domínguez Fernández solicitó la oportuna autorización para proceder a la subasta del templo “un  edificio  en ruina de la que fue Iglesia de la Concepción, sito  en calle Dos Pozos,  marcado con el número  ocho del nomenclátor, teniendo una superficie de 720m2”

La subasta pública se celebró en el Archivo de la Parroquia de Santa María a las 12:00 horas del día 16 de noviembre de 1942. La mesa quedó constituida  por el arcipreste del partido Francisco Domínguez Fernández, asistido del presbítero José A. Jiménez Aguilar, notario Eclesiástico de la ciudad, y haciendo las funciones de secretario, José María Núñez. Declarada abierta la licitación en la forma señalada en los edictos a las  12:15 horas compareció en el archivo Fernando Osuna de las Doblas, vecino de Écija  ofreciendo la cantidad de 20.000 pesetas que cubría la tasación hecha por los peritos.

A las 12:55 horas se volvió a anunciar de viva voz, por segunda y tercera vez con la prevención de que si no se mejoraba se haría la adjudicación al término del plazo señalado. A las 13:00 horas no habiendo ninguna otra postura el arcipreste declaró terminado el acto y  se adjudicó  el inmueble al señor Osuna.

La subasta provocó la indignación de  una parte de la población, que deseaba  la rehabilitación del templo. Y uno de los fundamentos que se postulaba era que no se entendía cómo la Iglesia Católica pretendía enajenar el templo cuya advocación era nada más y nada menos que la Inmaculada Concepción, y recordaba la fecha del juramento del cabildo ecijano, año 1615, que proclamó defender el Dogma de la Inmaculada Concepción de María. No fueron suficientes los razonamientos expuestos por algunos feligreses al arcipreste Francisco Domínguez, quien se mostró firme en la decisión de su subasta.

Ante esta  postura un ciudadano optó por enviar un escrito de protesta nada más y nada menos que a la propia Jefatura del Estado. Lo que si consta documentalmente es que con fecha 3 de agosto de 1943,  Fernando Osuna de las Doblas procede a la donación del edificio de las Gemelas al Ayuntamiento de Écija. 

El templo,  debido a su ruina total,  fue demolido.  Sobre el solar resultante  se construyó un Grupo Escolar  denominado General Mola, pero por los efectos de la caída de un rayo sobre una de las torres a finales de los años setenta del siglo XX, se tomó la decisión de cerrarlo y trasladar  a sus alumnos a otros centros escolares de la ciudad. (Diario Sur/Oeste, 5 de junio de 1981).

El 10 de octubre de 1990, se firma en Sevilla un protocolo para la restauración y rehabilitación del conjunto de torres y espadañas  así como la iluminación de las mismas.  En dicho protocolo intervienen de una parte Juan Manuel Suárez Japón, en su calidad de consejero de Cultura y Medio Ambiente de la Junta de Andalucía, y  de otra, Fernando Martínez Ramos,  en calidad de Alcalde del  Ayuntamiento de Écija.

En dicho documento las partes reconocían “que las torres son en la ciudad de Écija uno de los elementos más característicos y definitorios de su arquitectura. De fundación antigua la mayoría de ellas fueron renovadas en el siglo XVIII conforme a la estética de barroco aunque manteniendo cada una su carácter singular”.

En uno de los párrafos del documento se puede leer: “Con el transcurso del tiempo, tanto torres como espadañas, han venido sufriendo un deterioro cierto,  llegando, en algunos casos, a amenazar ruina. Por ello, la Consejería de Cultura y Medio Ambiente de la Junta de Andalucía y el Ayuntamiento de Écija, conscientes de la importancia que supone la conservación de estos monumentos arquitectónicos, acuerdan, mediante el presente protocolo cooperar entre sí para la realización de un programa de restauración y rehabilitación de las torres y espadañas de la ciudad”. (Convenio firmado en Sevilla, con fecha 10 de octubre de 1990).

La Asociación de Amigos de Écija anuncia el inicio de acciones judiciales contra la Junta  de Andalucía por incumplimiento del protocolo. La Delegada Provincial María Isabel Montaño, manifiesta en ABC que si la “Asociación quiere denunciar a alguien por la no restauración de las torres y espadañas, lo haga a la Iglesia que es la propietaria”. Y más adelante manifiesta que lo que firmó la consejería fue un protocolo. “Este no es un convenio ni obliga a nada, simplemente refleja una voluntad.

El protocolo a que se refiere la asociación esta finiquitado porque su vigencia de dos años ya ha finalizado” La delegada provincial cae en un grave error, pues como todo el mundo sabe las torres de las Gemelas  son propiedad pública y, por lo tanto, no corresponde a la Iglesia su restauración. Más todavía: en uno de los párrafos del documento firmado por el Consejero y el Alcalde aparece  textualmente. “A tal fin y para articular jurídicamente este programa ambas partes se emplazan a la firma de un convenio de colaboración: una vez  aprobada la ley del presupuesto de la Comunidad Autónoma de Andalucía de 1991. ” (Noticias municipales de Écija. http/www.ecija.org, y ABC de Sevilla, 27 de septiembre de 2001)

Ante esta noticia, el alcalde de Écija  también sale al paso del tema y según recoge el diario ABC la primera autoridad municipal, considera que “son las instituciones y la Iglesia de forma conjunta las que deben buscar soluciones para la restauración de las torres y espadañas astigitanas, y pide  mucha paciencia la Asociación de Amigos de Écija ante la denuncia de ésta por el incumplimiento del protocolo suscrito hace once años”   A raíz de estas manifestaciones, Amigos de Écija  da un paso y más y solicita de la administración que  el conjunto de  torres y espadañas sea declarado Bien de Interés Cultural (BIC). (Véase  ABC de Sevilla 28 de septiembre 2001, 4  febrero 2003 y, 4 de abril 2004)

Y el día 24 de junio del 2014, día de San Juan Bautista,  a las 17.47 horas un rayo alcanzó a la torre izquierda del templo, lo que provocó la caída de  numerosos cascotes a la plaza, si bien no hubo que lamentar desgracias personales, ha dejado daños de bastante consideración. El rayo impactado sobre la torre no ha hecho sino que agravar el mal estado de las torres que ya  estaban catalogadas como “en ruina total”.

El próximo mes de octubre se van a cumplir 24 años de la firma del protocolo suscrito entre la Consejería de Cultura y el Ayuntamiento de Écija. Si bien es cierto que se ejecutaron obras en algunos campanarios  (la torre de San Gil fue restaurada por el párroco de San Gil),  otras torres  como las de Santa María, Santo Domingo y las Gemelas esperan con urgencia la ejecución  de las  obras tan necesarias como imprescindibles para que el monumental conjunto de torres y espadañas brille con luz propia.

Juan Méndez Varo
Asociación de Amigos de Écija

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