Doy inicio a este capítulo con una noticia recogida de La Vanguardia Española, del viernes 22 de septiembre de 1950 que dice así:
“LA FERIA DE SAN MATEO EN ECIJA. Écija, 21. Con extraordinaria animación, ha dado comienzo la feria de San Mateo. El mercado de ganado se halla muy concurrido y abundan las especies caballar y de cerda. Aún no se han verificado operaciones ya que, corrientemente, el primer día se dedica al tanteo.
Somos muchos los aficionados taurinos ecijanos que, con añoranza, recordamos aquellas gloriosas tardes de toros en el astigitano ruedo de Pinichi y todavía quedan algunos, ya con las huellas de la senectud en rostro y cabellos, que cuentan con qué pasión se vivía la rivalidad taurina existente en Écija allá por los años 1950-70, hasta el extremo de que en la Revista de Feria Écija, año 1958, aparece un bello artículo que es el recupero como comienzo de este capítulo, como ejemplo de lo que suponía para Écija que sus toreros llevasen el nombre de nuestra ciudad por los ruedos taurinos españoles y americanos:
Lo he dicho y escrito en muchas ocasiones. El nombre de Écija, a lo largo de los siglos, quedó grabado en la historia, consecuencia directa de los cargos que ocuparon durante su vida los nacidos en esta bendita tierra y también por los hechos en que participaron.
Saber qué había en Écija tiempos atrás, siempre me ha intrigado y algunas instalaciones, edificios, personas, hechos y sucesos a los que tuve acceso personalmente durante años atrás, cuando encuentras algo publicado al respecto, te llama más la atención, porque te trae algunas secuencias a la memoria ahora más longeva y te hace recordar aquello que viviste. Esto es lo que me ha sucedido cuando, dentro de mi archivo, he encontrado en la Revista Oficial de la feria de Septiembre, Écija 1975, un resumen que la Corporación ecijana al frente en aquella fecha, publicaba dentro de la misma y que recogías algunos aspectos de nuestra ciudad, que es lo que propongo transcribir seguidamente, como inicio de este capítulo:
El año pasado, concretamente el sábado 1 de Abril de 2017, publiqué un artículo relativo al 450 aniversario de la hechura por el escultor Gaspar del Águila, de la imagen del Señor y Cristo de la Sangre y, retomando el documento contractual, firmado entre dicho escultor y los representantes de la hermandad, decía así:
Voy a comenzar este artículo con un ejemplo de solidaridad entre dos hermanos, acaecido en la Écija del verano de 1968 y que algunos de ustedes, queridos lectores, lo conociera por razón de vecindad o familia y que quizás pudo ser uno de los primeros trasplantes que recibiera un vecino nuestro. Encuentro la noticia en La Vanguardia Española, jueves 25 de Julio de 1968 y dice así:
Voy a iniciar este capítulo con algo que fue inédito y que aparece publicado en la revista oficial de la feria de San Mateo, Écija 1960. Se trata de lo que su autor, en el margen derecho de algunas de sus páginas, denomina Índice Lírico, dedicado a varios rincones ecijanos y los que encabeza con un dibujo a plumillas, obras de A. Rivero, realizadas muchos años atrás.
Hago un pequeño receso en las noticias encontradas en las hemerotecas españolas, para aportar una pequeña biografía de uno de los marinos más importantes de la Armada Española y que fue ecijano. Lo cierto es que aunque nuestra Ciudad no tenga tradición marinera, no han sido pocos los ecijanos que eligieron la carrera naval y entre ellos, el que nos ocupa, ANTONIO ALBORNOZ MANTILLA VALDERRAMA Y CARDENAS, que ejerció la carrera militar de marino, perteneciendo a la Real Armada Española, donde llegó a ostentar el cargo de General de la misma.
Écija cuenta entre sus glorias la de haber sido evangelizada por el mismo San Pablo. La antigua Astigi, la Écija de hoy, rivalizó con Tarragona en sus recuerdos paulinos. Con tal motivo desde el día 25 de enero de 1963, festividad de la Conversión del Apóstol, se sucedieron los actos conmemorativos del XIX centenario de la llegada a España de San Pablo, Patrón Canónico.
En uno de mis capítulos anteriores, concretamente en el XXXII (Agosto 2017), aporté una noticia que, a nivel nacional (Imperio del 18 de Febrero de 1954), se había publicado sobre un perro llamado Curro, que en Écija hacia las delicias de los niños. Pues bien, dos años largos más tarde, es el semanario local Écija, de 1 de Diciembre de 1956, dentro de su sección “De la vida diaria”, quien publica un amplio reportaje sobre dicho perro, que decía así: