Esta semana, el Gobierno Municipal hacia público que tras más de una década y gracias a la rehabilitación llevada a cabo hasta la fecha en el Palacio de los Marqueses de Peñaflor, han motivado que este inmueble del patrimonio astigitano salga de la lista roja de la Asociación Hispania Nostra, la cual promueve la Defensa y Promoción del Patrimonio Cultural y Natural.
Así lo ha manifestado el Alcalde de la Ciudad, David García Ostos, el cual ha declarado que hace unos días “la administración local ecijana ha recibido un escrito de Hispania Nostra en el que se informaba que desde el pasado 4 de julio, el inmueble del Palacio de Peñaflor se encontraba fuera de su lista roja y pasaba a su lista verde tras verificarse que la primera fase de rehabilitación del inmueble, se ha llevado a cabo y que próximamente se realizará una segunda fase”.
Ha sido poco más una década (17 de junio de 2008 al 4 de julio 2018) la que ha estado el Palacio de los Marqueses de Peñaflor en esta lista roja, debido a su mal estado de conservación y abandono, el cual se vería agravado por unas obras para convertirlo en un hotel que nunca concluyeron y que dejaba este inmueble peor que antes, hasta que en la anterior legislatura municipal comenzaba un proyecto de rehabilitación a través de una subvención del 1,5% Cultural, con la que se ha llevado a cabo una primera fase restauración que finalizó hace unos meses y otra segunda fase que comenzará en unos meses en el Palacio de Peñaflor.
Una lista roja de la Asociación Hispania Nostra, que mantiene todavía en su listado a dos inmuebles más del patrimonio astigitano, como son el Real Monasterio de Santa Inés del Valle y el Mirador de Peñaflor, los cuales se encuentran en un estado ruinoso y en grave peligro de desaparición, debido a su mal estado de conservación.
En este sentido, el Alcalde de la Ciudad, señalaba que el mirador es un inmueble de titularidad municipal y por tal motivo la administración local “se encuentra buscando fondos para su consolidación con el objetivo de rehabilitarlo en los próximos años”, mientras que el monasterio es de titularidad privada “por lo que deberán ser el Arzobispado de Sevilla o las congregaciones religiosas, las que deberán buscar una solución e intervenir en su propiedad y conservarlas en buen estado”.